lunes, 26 de febrero de 2018

Al ascenso sin excusas

Las excusas son un mecanismo de defensa potente ante cualquier equivocación, caída o fracaso. Tienen el poder divino de dar explicación a las situaciones que quieres obviar, al examen que has suspendido o a la derrota que has cosechado. Quitan responsabilidad desde el punto de vista del perjudicado, pero no son útiles en ningún caso para mejorar rendimiento alguno. Lo malo de las excusas es que a veces son ciertas y potencian el argumento del mal perdedor, que no se considera consecuente de sus tropiezos, imposibilitando así una gran manera de aprendizaje: ensayo-error. He perdido, luego algo hay algo que mejorar.

A colación de esta introducción y sin ser demasiado políticamente incorrecto, es obvio que el árbitro del partido de este fin de semana en el que el Cartagena perdía su liderato ante el Marbella (aparentemente su rival más directo a falta de once jornadas), ha tenido parte de culpa en algún lance del juego, sobre todo en ese barullo en el área en el que el defensa marbellí evitaba que el remate de Moisés se adentrara en la portería, con una mano sobre la línea de gol. No lo vio o no lo quiso ver. El caso es que el equipo albinegro salió con el freno echado, trenzando y mareando jugadas en posiciones en las que rara vez se crean ocasiones. La lejanía desde la que me tocó seguir el encuentro más importante de la temporada hasta el momento, me impidió sentir el ambiente que se intuía desde la pantalla de mi ordenador, pero estoy seguro de que era una de esas tardes en las que desde el puente de La Rambla ves venir la enésima decepción local. Más de 8.000 aficionados en las butacas del Cartagonova, casi en marzo y pudiendo dejar al segundo clasificado a cuatro puntos. Eso es mucho pedir para un público acostumbrado groseramente a que su Efesé le baje de un plumazo los pies al suelo. Aquí hay que sufrir. Mucho.

Ambos equipos protestan (Fuente: FC Cartagena)
Por si no fuera suficiente mal augurio el ambiente ilusionante en el estadio, este año hemos añadido otro que no teníamos, el del gol del ex. Sin Chus Hevia de la partida, pensaba -pobre de mí- que esta vez al menos no nos pasaría de nuevo. Se me escapó Carlos Indiano, que venía dispuesto a ser la llave que abriera la puerta cartagenera, con un latigazo de libre directo desde la frontal del área. Además, el centrocampista fue el más destacado de un Marbella, que sin grandes alardes durante estas 27 jornadas de liga, se ha colocado como líder, aprovechando que mirábamos para otro lado con los Murcia y Extremadura, los cuales dieron el golpe en los traspasos, pero están basando su temporada en una irregularidad que les mantienen algo lejos aún del premio gordo.

Sí, yo también he caído en mencionar excusas como autoprotección, porque es evidente que la milonga de los ex-jugadores (por muy extravagante que sea), suena a justificación
de una desdicha ilusoria y que ese penalti podía haber dado al Cartagena un punto que en mayo puede ser determinante, pero sería mirar para otro lado y echarle la culpa al profesor de nuestro suspenso. Lo cierto es que ganar este partido no era el ascenso, tampoco perder es lo contrario, por eso las excusas arbitrales (con razón o sin ella) flaco favor hacen a un equipo que siempre ha sabido dar con la tecla de reset en sus peores momentos.

Lo que queda es aprender de este simulacro de partido de play-off, levantar la cabeza y mirar sin titubeos al liderato, que se sigue jugando hoy. El ascenso se disfruta, se sufre y se consigue sin culpables externos y sin excusas.


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